La publicidad subliminal estimula aquello que nosotros reprimimos, la muerte, o aquello que es motivo de una posible turbación, el sexo, con el propósito de establecer una fuerte relación emocional entre la marca de un producto y nuestro inconsciente.
Las palabras o formas escondidas en una imagen publicitaria serán asociadas en nuestro inconsciente con la marca.
Investigaciones psicológicas han demostrado que el umbral de percepción de palabras tabúes es más elevado que el umbral de identificación de palabras neutras. Es por esto que las palabras más empleadas en los mensajes subliminales son:
Sexo-Beso-Chupar-Vagina-Pene, Etc.
El efecto de estas palabras es elevado porque tienen una implicancia emocional importante.
Experimentos de percepción subliminal
Los experimentos iniciales de percepción subliminal se basaron en el Taquistoscopio, que consistía en un proyector de películas con un disparador de alta velocidad. Por obviedad, se emitieron mensajes superpuestos sobre películas de cine. Los mensajes a alta velocidad eran invisibles para el pensamiento consciente pero introducían mensajes a nivel inconsciente en los observadores. Durante seis semanas de prueba de la máquina, en una sala de cine a la que asistieron 35.699 espectadores, se emitieron publicidades alternadas de: “¿Hambriento? Coma palomitas” (pochoclo) y “Tome Coca- Cola”. A lo largo de esas seis semanas las ventas aumentaron en 57,7 % en el caso de los pochochos y en 18,1 en el de Coca-Cola.
Aún cuando no toda la gente pueda ser influenciada de manera tan fácil, todo indica que un gran número de personas puede obedecer a las órdenes dadas de forma subliminal mientras no exista, en ellas, un conflicto profundo en mente que esté relacionado con la “orden” y con el “tipo de producto”. Vale decir que una persona que detesta realmente el pochoclo, siguiendo el ejemplo anterior, no respondería al aviso subliminal “Compre pochoclo”.
Este tipo de percepción subliminal está ligado a la publicidad que aspira a manipular al consumidor. El tema plantea un debate ético ya que atenta contra la libertad de elección que todo ser humano debe tener.