No es sólo lo que dices lo que mueve a la gente. Es la manera en que lo dices.
Cuando intentamos llamar la atención, de seguro fracasa el presentador que expone algo que los otros ya conocen.
Nadie cuenta el número de veces que ponés un anuncio. Sólo recordá la impresión que dejás.
Todo anuncio debe hacer una proposición concreta al consumidor. Una.
Todo anuncio debe decir al consumidor: Al comprar este producto, obtenés exactamente esta ventaja.
La proposición que hagas debe ser algo que no pueda brindar la competencia, o que a ésta no se le haya ocurrido mencionar.
La proposición deber tener tal fuerza, que sea capaz de influir a millones de personas. Es decir, la fuerza de crear nuevos consumidores de ese producto.
En un anuncio, no cabe una múltiple oferta de beneficios al consumidor.
Las motivaciones hacen vender.
El enorme campo de lo emocional suele ser, en muchos casos, el refugio cálido, efectivo, y potente para dar fuerza a la marca y a su publicidad.
Dentro del triángulo Morir-Alimentarse-Engendrar, suele presentarse la localización de las motivaciones de consumo.
La conciencia de muerte:
-Morir (temores, sentimientos y motivaciones)
El placer de comer y el placer sexual:
-Alimentarse (supervivencia)
-Engendrar (continuidad de la especie humana)
Localizar la situación del producto o marca en cuestión, dentro de su triángulo existencial, es la clave de la estrategia publicitaria.